Alrededor del 70% de las transacciones de negocios que existen hoy en el mundo aún están procesadas en lenguajes de programación antiguos y obsoletos como COBOL, que tiene más de 50 años. Las organizaciones de TI suelen gastar más del 60% de sus presupuestos sólo en el mantenimiento de estos sistemas existentes, dejando muy poco tiempo para la innovación.
Por lo mismo las empresas se encuentran en un punto en que la innovación en tecnología resulta crucial para disminuir costos y para actualizar sus modelos de negocios a los tiempos actuales en que el entorno empresarial está cada vez más conectado.
Prueba de esto es que se predice que más de 50 billones de “cosas” estarán conectadas a Internet en el año 2020 y el número de socios y proveedores con los cuales una empresa deberá interactuar irá en constante crecimiento. Microsoft por si solo ya cuenta con más de 640 mil socios en su ecosistema de negocios.
En contraste con las aplicaciones del monolítico, las futuras aplicaciones necesitarán ser más ágiles. Las empresas que comiencen su reinvención en el corto plazo se beneficiarán de las aplicaciones que se adaptan al ritmo de los negocios, gestionando el aumento en la complejidad y abriendo puertas a un entorno empresarial más conectado.
La empresa Accenture propone en su informe del año 2014 “The Future of Applications” la creación de tres nuevas estrategias (líquida, inteligente y conectada) para orientar la implementación de nuevas tecnologías y para llevar a su empresa a ser líder de la industria.
Aplicaciones líquidas: Para competir con agilidad y velocidad, las empresas ya no pueden permitir una codificación compleja, larga y costosa en sus aplicaciones o en implementaciones de sistemas masivas y a largo plazo. Lo que necesitan las organizaciones es una nueva forma de construir software (rápido, flexible y más líquido) con componentes reutilizables que permitan el montaje rápido de aplicaciones en apoyo de las dinámicas necesidades de negocio.
Este enfoque requiere arquitecturas modulares, técnicas de integración de la futura generación y una mentalidad de que lo cloud y lo mobile es lo primero.
Aplicaciones inteligentes: Las empresas necesitan incorporar inteligencia de software en todos sus procesos y en sus aplicaciones para gestionar la creciente velocidad, complejidad y volumen de la información, además de maximizar el valor de negocio interno y externo de esta (incluyendo la información proveniente del mundo físico). La inteligencia de software es posible gracias a la afluencia de datos, su poder de procesamiento y los avances en la ciencia de datos, como el procesamiento de lenguaje natural, las máquinas pensantes o la computación cognitiva. Gracias a estos avances, las aplicaciones pueden automatizar tareas rutinarias, mejorar los procesos de negocio a través de análisis integrados e incluso gobernarse a sí mismas.
Aplicaciones conectadas: Para aumentar los ingresos y defender la posición en el mercado, las empresas necesitarán crear nuevas fronteras competitivas utilizando distintos softwares. Pero hacer esto se requiere una apertura en la conectividad de las aplicaciones en múltiples dimensiones, como ecosistemas con socios de negocio y con clientes así como con el rápido crecimiento del “Internet de las Cosas”, que es esencial en la entrega de nuevos servicios. Las aplicaciones conectadas podrán ejecutarse desde cualquier parte, no solo desde teléfonos, tablets o PCs, sino que también en la manufactura, las tuberías, el equipamiento industrial, autos, vestimenta y más, para convertir productos en híbridos de producto-servicio.
Estas tres nuevas estrategias de aplicaciones también dependen en acercar a la empresa a un nuevo modelo operativo para el desarrollo de software. En muchas compañías la tecnología está “en una caja”. Se considera como que está contenida dentro de las TI como una función específica, en vez de ser una competencia que cada líder de negocio debe abrazar.
Un nuevo y más cooperativo enfoque es esencial. Las tecnologías de la información deben ayudar a formar estrategias de negocio y los negocios deben ayudar a las tecnologías de la información a definir cómo los software están siendo usados para entrar a nuevos mercados, para alcanzar nuevos clientes y para impulsar una diferenciación competitiva.