Quien no ha escuchado hablar de Bitcoin en el último tiempo, la criptomoneda que ha revolucionado el sistema financiero internacional no requiere del respaldo de ningún gobierno o emisor central, sino que utiliza un sistema de consenso entre todos los actores que integran su red. Pero, ¿Sabemos realmente como funciona?
Para entender mejor el fenómeno remontémonos al origen del dinero. Desde hace miles de años, el ser humano ha ocupado distintos elementos para estandarizar el valor de las cosas, pagar, ahorrar y hacer un seguimiento de los precios. Algunas comunidades africanas utilizaban las conchas marinas, en Asia la sal y en América del Norte las perlas como equivalente al dinero. En la isla de Yap, en Micronesia, las piedras eran el medio de pago utilizado, la más cercana analogía cuya narrativa nos ayudará a comprender el fenómeno de Bitcoin.
Los habitantes de Yap sabían que las rocas en sí no tenían que tener alto valor para ser útiles. Servían como una manera eficaz de ahorrar, pagar y otorgar valor a las cosas. Una gran cantidad de piedras pequeñas equivalían a una gran roca. Algunas eran del tamaño de un elefante y pesaban más de 3600 kilos. Obviamente uno no llevaba estas grandes piedras a su hogar, pero todos sabían a quien le pertenecía.
Este pueblo nos ayuda a entender cómo es que cualquier cosa con ciertos atributos puede funcionar como dinero. Estos atributos son:
- Escasez: Es la característica más importante que debe tener algo para que funcione bien como dinero. La isla de Yap no tenía piedra caliza por lo que todas las rocas debían ser transportadas desde Palau.
- Durabilidad: Las piedras pueden durar cientos de años sin que necesiten mantención.
- Verificabilidad: Estos elementos son fácilmente distinguibles e identificables.
- Divisibilidad: Las piedras son difíciles de dividir, pero una roca grande puede ser negociada por muchas piedras pequeñas.
- Portabilidad: La mayoría de las piedras pueden ser transportadas, especialmente las más pequeñas.
- Fungibilidad: Las piedras de igual tamaño serán iguales a todas las otras en valor. La gente de Yap no se interesará en una piedra específica que tengan.
Cuando un integrante posee algo de valor, uno negocia con otra persona, asumiendo una promesa de pago en el futuro, una forma de crédito. Debido a que es muy difícil seguir el tránsito de todos los créditos se crea el dinero para asignarles un valor exacto. Esto fue lo que ocurrió con las piedras en Yap. Cada vez que alguien hiciera una promesa de pago por algún bien o servicio, se entregaba a cambio algún elemento como piedras, sal o perlas como recuerdo de este crédito, lo que más adelante pasaría a llamarse como lo que conocemos hoy en día como “moneda”.
El principal beneficio de la moneda es que permite objetivamente seguir el curso de los créditos, realizar pagos y apreciar las cosas objetivamente, pero por sobre todo, permite que este crédito pueda ser transferible a cualquier persona de una comunidad que reconozca el valor de esta moneda.
Sin embargo, a medida que las tribus se expanden junto con sus negocios, las monedas empiezan a fallar ya que, en el caso de las islas de Yap, comenzaron a intercambiar productos en lugares donde las piedras si eran abundantes, lo que trajo una devaluación de la piedra. Se hizo necesario entonces crear una moneda mucho más universal.
De esta forma aparece la que fue la moneda más confiable de la historia de la humanidad. El oro. El oro fue por 5mil años el elemento más escaso, durable, divisible, verificable y portable con el que se podía contar, a pesar de que no tuviera un uso esencial en la vida del hombre.
Con el surgimiento del sistema bancario, el oro pasó a tener una forma de representación en papel, conocido como el billete. Todo billete podía ser intercambiable por su valor en oro desde cualquier banco en el mundo. Pero desde hace 40 años aproximadamente, que los bancos dejaron de guardar oro a cambio de billetes y el papel solo pasó a tener valor por sí mismo apoyado en promesas de gobierno.
Pero el papel es incómodo y fácil de perder o robar. Por lo mismo, se había comenzado a buscar una forma de representación del viejo billete que fuera más seguro y portable. Se comenzó a crear la moneda digital, con cuentas bancarias y tarjetas de crédito pero esta moneda digital no era realmente una moneda, sino que era una representación electrónica del mismo billete antiguo.
Esta representación no ha podido seguir el ritmo de la velocidad con que se transmite la información. Si deseo transferir dinero de un lugar a otro, me tomará mucho tiempo y tendrá altos costos asociados. Es hoy en día como un cerdo intentando volar con alas de papel. Podemos mejorar las alas todo lo que queramos, pero no haremos que el cerdo vuele.
Hace un par de años se creó Bitcoin. La primera moneda realmente digital fue construida desde cero y diseñada especialmente para la nueva era de la información. Sus atributos son los mismos que una moneda tradicional ya que es escaso, divisible, verificable, global y de código abierto.
Jon Matonis, Founding Board Director de Bitcoin Foundation y Speaker en el Segundo Congreso Latinoamericano de Tecnología y Negocios Chile Digital, señala que “en tan solo cinco años, Bitcoin ha demostrado de manera inequívoca que no necesitamos reyes para acuñar nuestro dinero y no necesitamos bancos centrales para emitir billetes de papel en base a la deuda para decidir qué debería ser nuestro dinero. El dinero es algo que colectivamente determinamos lo que queremos que sea” (ver artículo completo aquí).
Con más de 7 millones de personas usando Bitcoin en el mundo y con más de 100 mil personas que cada semana compran sus primeros bitcoins, se espera que esta moneda sea la evolución del dinero y que permita una tracción que se propague rápidamente a nivel mundial. Esto gracias a su portabilidad y a su fácil manejo desde distintas plataformas, entre ellas los teléfonos celulares y las tablets, sin necesidad de recurrir a un banco.