Andrés Silva Arancibia se centra en el consumidor 3.0 y en el error que cometen muchas marcas que tratan a
este consumidor con una comunicación 1.0. Recomienda pasar de “la relación al engagement”, estimulando que
el seguidor se sienta comprometido con la marca y propiciar
con la tecnología el marketing de recomendación.
La tecnología y las redes sociales
provocaron un cambio
en el consumidor que
ya no es estático ni lento en sus
decisiones sino activo, decidido a pedir información, a exigir, a reclamar.
Y está formando comunidades
emergentes, donde
comparte sus ideas e intereses.
Estos consumidores 3.0, según
Andrés Silva, “comparten las
ventajas y desventajas de los
productos y son críticos brutales
de las marcas, son capaces de
destruirlas en poco más o poco
menos de 24 horas”.
Parte de estos cambios fueron
ejemplificados con datos de un
estudio, que hace poco publicó
Nielsen, y que señala que los chicos
menores a 10 años, entre 7 y
10 años, tienen capacidad para
estar en 14 sitios a la vez. “Están
en WhatsApp, online, viendo su
Facebook y además están en el
mundo presencial”.
El cliente 3.0 no pierde su
tiempo porque mientras está conectado,
está buscando información,
chateando, poniéndose de acuerdo con otro para hacer algo.
¿Y qué es lo que está en el cerebro
de este consumidor 3.0?, se pregunta.
“En un lugar está Twitter,
está Facebook, están las redes
sociales, están las aplicaciones,
está el WhatsApp; eso es lo que
está en su cerebro, en la materia
gris, están las conexiones”. Luego
están las marcas y las emociones.
“La necesidad de comunicación
siempre ha estado y ha sido
necesaria, simplemente hemos
cambiado la forma”, asegura.
La tecnología ha provocado un
cambio radical en la forma de
comunicarnos. La información
siempre ha sido vital y hoy día,
con la híper conectividad, la información
y la comunicación se
hace vital para la sobrevivencia
de las marcas.
La persona no es un objeto
de venta o un sujeto a quien hay
que cautivar para vender. Primero
hay que interactuar con ella,
preocuparse por sus intereses, si
le gusta la fotografía, el cine o el
running. De esa “conversación”
saldrá la interacción, la persona
verá la marca y allí comenzará
a interactuar.
“Tenemos que ser
mucho más creativos” asegura.
Antes de diseñar cualquier tipo
de estrategia y de integrar la
estrategia digital a las campañas,
es necesario escuchar mucho.
Revisar los hashtag, los trending topics
en Twitter. “Es clave revisarlo”
señala.
Para Silva, la verdadera certificación
de la calidad no está en
el proceso, “no está en las ISO”.
La verdadera certificación de la
calidad está en el resultado, en
qué es lo que dice la gente. En su
opinión, estamos viviendo un
“calentamiento global digital”.
Más de un tercio del mundo tiene
conexión a Internet y se espera
que a 2017, el 50% tenga acceso
a Internet. Los smartphones ya
superaron a los teléfonos tradicionales
y van a más de 3 mil millones
de teléfonos inteligentes.
“Los consumidores son
un 71% más propensos a hacer
una compra en base a referencias
sociales; el 51% de los consumidores
hoy día utiliza Facebook para buscar restaurantes; el 74%
de los consumidores confía en
las redes sociales para orientar
sus decisiones de compra y en la
prestigiosa revista Forbes, el 81%
de los comentarios sociales influye
directamente en la decisión
de compra”. Y sugiere a todos
quienes trabajan en marketing
retener esas cifras. Expresó que
se ingresó en la era del marketing
por recomendación. Por lo tanto
la estrategia tiene que propiciar
que la gente empiece a construir
“mi huella digital”, que empiece
a “hablar de mis productos en las
redes sociales.
“El
contenido tiene que cumplir a lo
menos con 4 pilares: tiene que
ser pertinente, decirse en el momento
indicado, relevante para
la audiencia, objetivo, atractivo,
ser entretenido en la forma de comunicarlo,
la forma, el lenguaje,
cómo se usan los hashtags- y tratar
de buscar una diferenciación,
ser singular, tener un sello”. Eso
finalmente va a generar un contenido
interactivo que es lo que interesa, “que finalmente nos escuchen,
conversen, hablen, que
podamos compartir, rescatar información,
hacer investigación
de mercado en las redes sociales”.
Finalmente, recomendó pasar
de “la relación al engagement”,
que el seguidor se sienta comprometido
con la marca y propiciar
con la tecnología el marketing
de recomendación.
“Hay que pasar de la relación al engagement”
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