Jon Matonis, Founding Board Director de Bitcoin Foundation.
Los desarrollos tecnológicos que están ocurriendo actualmente en los pagos peer-to-peer y en la confianza de las transacciones en línea, sacudirán el actual sistema financiero hasta su propio núcleo. A la larga, esto será un cambio positivo para la sociedad y por lo tanto no debe ser temido o resistido.
Por supuesto estoy hablando de la red Bitcoins y de la unidad monetaria “Bitcoin” que circula alrededor de esa red.
Si tuviera que describir Bitcoin en solo tres palabras, diría que es el “Dinero sin Gobierno”.
En tan solo cinco años, Bitcoin ha demostrado de manera inequívoca que no necesitamos reyes para acuñar nuestro dinero y no necesitamos bancos centrales para emitir billetes de papel en base a la deuda para decidir qué debería ser nuestro dinero. El dinero es algo que determinamos colectivamente lo que queremos que sea.
Al igual que el niño no contaminado en el cuento de hadas de Hans Christian Andersen, algunos de nosotros estamos empezando a notarlo. No es la ilusión en sí lo que ofende nuestra sensibilidad, sino que la noción competitiva de que esto no está permitido.
A cierto nivel, todo dinero es una ilusión que compartimos y como tal debemos ser libres para determinar esa ilusión compartida desde abajo hacia arriba, en lugar de lo que se nos ha dictado desde arriba hacia abajo. Incluso con el oro, la más tangible de todas las monedas, se estima que el 95% de su valor se atribuye a sus ilusorias propiedades de intercambio monetario.
Con una unidad monetaria Bitcoin, el señorío se convierte en una cosa del pasado. Y como usuarios de la unidad monetaria, no estamos siendo víctimas de la insidiosa práctica de tener ceros agregados a la izquierda del punto decimal. Bitcoin es infinitamente divisible a la derecha del punto decimal, como debe ser.
Los gobiernos no se oponen a una ilusión compartida, ellos sólo quieren que sea “su” ilusión compartida.
Así como el mundo de los derechos de autor está siendo transformado radicalmente por los protocolos de intercambio de archivos compartidos como BitTorrent, la inmadura fachada legal, será transformada por una descentralizada cripto-divisa sobreviviente debido a que, en el final, la moneda de curso legal es simplemente un privilegio no ganado por el derecho de autor sobre el dinero.
Además, la mayoría de los gobiernos están muy equivocados cuando se trata de Bitcoin, ya que para prosperar, Bitcoin requiere solo la legitimidad basada en el mercado, no en las sanciones del gobierno. Esto es enormemente frustrante para ellos y es algo que no se ha visto anteriormente a esta escala.
Ok, ahora que hemos puesto a bitcoin en un contexto monetario apropiado, podemos centrar nuestra atención directamente en lo “mobile”.
Para algunos en el mundo de los pagos móviles lo que sigue será difícil de escuchar.
Tradicionalmente plagado de una serie de barreras, los pagos móviles han tenido una implementación mediocre en todo el mundo. Esto es particularmente cierto en las economías desarrolladas donde un trío de intereses alimenta eternas luchas internas y estancamiento.
La santísima trinidad en los pagos móviles incluye a los gobiernos, los bancos y los operadores, cada uno intentando desesperadamente asegurar su codiciado pedazo del pastel, ejerciendo la mayor cantidad de influencia posible a lo largo del camino. Esto en mi opinión, ha estrangulado la adopción y el progreso de los pagos móviles.
Afortunadamente, bitcoin y su descentralizada red evita a estos tres grupos en conflicto.
En primer lugar, la unidad monetaria bitcoin es apolítica por naturaleza y no requiere un intermediario para las funciones de emisión, autorización, compensación y liquidación. Esto se realiza a través de la cadena de bloqueo pública.
En segundo lugar, no se requieren ni las cuentas bancarias ni las redes de tarjetas para despejar las transacciones en Bitcoin, eliminando la necesidad de tontas llaves electrónicas e incómodos campos.
Tercero, desde que las billeteras Bitcoin pueden ejecutarse como aplicaciones independientes en smartphones utilizando códigos QR, se volvieron innecesarias las cuentas especializadas con operadores así como los hardwares especializados en el punto de venta.
Y adivina qué. Estos pagos móviles punto a punto de Bitcoin están ocurriendo hoy mismo. Por otra parte, están ocurriendo sobre tus redes o por lo menos sobre el Wi-fi opcional.
Bitcoins es un disruptor por excelencia y no solo realiza esta disrupción en participantes de primer nivel en el campo de los pagos, como Visa, MasterCard o Paypal, sino que elegantemente se mete en la naturaleza misma de la autoridad monetaria. Bitcoin es la irrupción dentro de la irrupción.
El dinero naturalmente opera como un virus y esto hace que Bitcoin sea un potente viral. Es un viral cúbico de hecho, dinero en internet con un efecto de red. Una unidad monetaria no se detiene, expandiéndose hasta que se topa con fronteras delineadas artificialmente o logra la dominación generalizada.
Una indiscutible ventaja temprana será otorgada a aquellos que reconocen y aseguran el rol transformador de Bitcoin en lo mobile.
Es mi sincera esperanza que nunca más tengamos que sentarnos a una conferencia de “innovación en los pagos” sin escuchar la palabra Bitcoin.